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sábado, 29 de junio de 2013

Redacción: EL PARAÍSO DE LOS FERNÁNDEZ

                                        EL PARAÍSO DE LOS FERNÁNDEZ.

15 de septiembre, Cádiz. Hoy las cuatro hermanas Fernández empezaban su primer día de instituto. Ana, la mayor, pasaba a segundo de bachillerato y entraba con fuerzas, ya que sabía que le esperaba un curso muy difícil. Le seguía Carolina, de 16 años. Elena tenía 14 años y era la que menos ganas tenía de empezar el curso. Por último, la pequeña Macarena, "Maca" para sus amigas. 

Las cuatro llegaron al instituto cuando se escuchaba por los altavoces: "Buenos días alumnos/as del instituto San Nicolás, espero que hayáis disfrutado del verano, coged con fuerzas el nuevo curso  y dirigíos cada uno a vuestras respectivas aulas". Para Elena no era un buen día, con sólo  pensar que tendría que volver a ver a sus profesores y estudiar, se le ponía el vello de punta. La pequeña Maca estaba nerviosa, hoy conocería a sus compañeros/as de clase y a sus nuevos profesores, además,el instituto es demasiado grande y temía perderse o no encontrar su clase. Ana, al entrar en clase, vio a su amigo José. Ambos llevaban varias semanas sin verse y decidieron quedar con sus amigos después de clase. Cuando las cuatro hermanas terminaron la jornada,  la vuelta a casa se resumía en contar los chicos guapos que había en la clase de cada una, explicar a Maca dónde estaban los servicios, el gimnasio, la clase de música y las clases de sus hermanas mayores, para que no se perdiera, y en cotillear sobre lo que habían hecho los profesores en las vacaciones.

Llegaron a casa y, a los diez minutos, José llegó para recoger a Ana. Fueron a una casa vieja y abandonada que estaba a unas manzanas del instituto. Cuando José y Ana llegaron , Luis, Leticia, Fernando y Adrián ya estaban dentro. A Leticia le gustaba José y no le hizo gracia que su mejor amiga apareciera por la puerta agarrada de la mano con él. Ana notaba que a Leticia le pasaba algo, ya que eran amigas desde los 6 años y la conocía bastante. Leticia esquivaba todas las miradas de su amiga y parecía que no quería volver a hablarle hasta dentro de una semana, Leticia era una persona muy seria y cabezota y costaba mucho convencerla. Más tarde, Ana y José volvieron para intentar hablar con ella. Ésta se sentía muy mal y parecía muy segura de lo que iba a decir y sin más le contó a José lo que sentía por él. José se quedó paralizado, no le salían las palabras y además se puso como un tomate. Ana sintió que estorbaba y decidió salir fuera a que le diera el aire, jamás hubiera pensado que Leticia sería capaz de decirle a José lo que sentía por él.  Estaba en estado de shock. José nunca había pensado tener a Leticia como novia, pero decidió probar, ya que se llevaban tan bien  que no habría problemas para estar juntos o, al menos, eso es lo que pensó.

Carolina y Macarena decidieron ir al cine para ver "Scarie Movie 5" e hicieron que sus padres las llevara, ya que en el trailer aparecía el famoso "Ola k ase, me das un besito o k ase". Fueron durante todo el camino y en toda la cola del cine diciendo : "Ola k ase, en el cine o k ase" y cosas parecidas. En la película no paraban de reírse y de tirar palomitas como locas por toda la sala. La gente les llamó varias veces la atención, pero Maca y Carolina no tenían la intención de parar.
En la casa estaba Elena que se podía escuchar desde el otro barrio, ya que no había nadie en su casa, aprovechó para ponerse a cantar. Elena empezó a animarse cada vez más y más mientras cantaba todas las canciones de Justin Bieber saltando en el sofá. Cuando terminó de cantar "Baby" escuchó un ruido que venía de la entrada, ella no se preocupó y siguió cantando e inventándose la mitad de las palabras y con ese acentillo gaditano que hacía la canción un tanto graciosa. Elena estaba cansada y decidió ir a la cocina para beber agua, cuando alguien la cogió por detrás y le tapó los ojos, estaba muy asustada y empezó a llorar y a pedir ayuda. De repente, las manos que hacían que Elena no viese nada desaparecieron y, al volverse, Elena vio a su vecino Fran que tenía una copia de la llave en caso de emergencia o de que su vecina loca no le abriera la puerta porque tenía la música a tope. Elena aún tenía el susto metido en el cuerpo, pero se alivió al ver a su vecino. Fran había ido a ver a Elena para preguntarle cómo le fue el primer día de clase, ya que él sabía que Elena odiaba el instituto.
Todos los Fernández volvieron temprano a casa, ya que había sido un día muy duro y se habían levantado muy temprano, mañana tendrían que madrugar de nuevo.
Por la mañana, las cuatro hermana volvían al instituto. Todas entraron en clase, todas menos Macarena, que decidió saltarse las clases para conocer mejor el instituto. Empezó dando vueltas por el inmenso patio, tenía dos porterías de fútbol, dos canastas de baloncesto y tres redes de voleibol. A Maca le encantaba los deportes, sobretodo baloncesto.  Ella estaba en un equipo femenino y era el base debido a su estatura y a lo bien que movía el balón. Después decidió ir a los servicios, aunque olieran mal, se moría de sed y en el instituto no había fuentes. Cuando terminó de beber, se apoyó a una loseta que sobresalía y notó como si la pared se hubiese movido, pensó que sería una ilusión suya, sin embargo, cuando la miró, vio unas pequeñas escaleras que llegaban hasta una especie de sótano. No se podía creer lo que estaba viendo y decidió bajar las escaleras, pero cuando bajaba, escuchó la voz de su hermana Elena. Maca le enseñó a su hermana lo que había encontrado, abajo había una enorme piscina y muchos juegos de mesa. A Elena le estaba empezando a gustar el instituto. Decidieron mantener este pequeño escondite en secreto y además decidieron llamarlo "El paraíso de los Fernández" y con mucha razón, ¿quién no desearía tener una piscina secreta en su instituto?
Por el camino, Elena y Macarena decidieron contarle a sus hermanas lo de su escondite secreto y éstas no les creyeron. Al día siguiente, Maca y Elena prepararon sus mochilas, pero además también se llevaron un bañador y una toalla. Llevaron a Ana y a Carolina al servicio de las chicas. Estuvieron todo el camino metiéndose con sus hermanas diciendo: "¿Os creéis que el instituto es Narnia? Madurad ya, que ya sois mayorcitas para creer en esas cosas".
Maca y Elena no les hacían ni caso y cuando menos se lo esperaban, Maca volvió a apoyarse sobre la loseta y volvieron a salir las pequeñas escaleras. Las caras de Carolina y Ana eran un poema y no se imaginaban que lo que les contaba sus hermanas era verdad.
Al volver a casa, Elena le dijo a su madre que le gustaba el instituto, su madre se extrañó bastante y le preguntó el por qué, ella miró a sus hermanas, sonrió y le dijo que era un pequeño secreto.
 

Miriam Pérez Vallejo. 4ºC

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